Juan Antonio Roca, el cerebro de la trama de corrupción del Ayuntamiento de Marbella, imputado en la Operación Malaya, acaba de salir de la cárcel después de pagar una fianza de un millón de euros (¿de dónde los habrá sacado, angelico mío?), a pesar de que para el juez existe un claro riesgo de fuga. Él sabrá, o no, lo que hace, pero para la mayoría de la población su libertad condicional supone un escándalo público y la constatación de que la mujer que sujeta la balanza de la justicia hace trampas mirando por debajo de la venda. ¿Deja en libertad, con la obligación de no acercarse a menos de 500 metros de un aeropuerto, a un tipo que tiene una casa -o tenía- con un helipuerto?
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el martes, abril 15, 2008
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LA COLUMNA
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