Cargar combustible, encender el motor y realizar la progresión de marchas es la forma habitual en la que los conductores utilizan el coche, en una economía de movimientos que antepone la comodidad o la mala costumbre a la eficiencia. No obstante, la corrección de ciertos vicios que se desarrollan de manera inconsciente supone un ahorro en carburante de hasta el 20%.Si se implantaran en el sistema de enseñanza las recomendaciones sobre conducción que defienden los profesionales, mecánicos y técnicos en general para optimizar el rendimiento de combustible, España ahorraría unos 800 millones de litros de gasóleo y casi 2.000 millones de litros de gasolina. Esta cantidad equivale a 160 euros anuales por automovilista, una cifra nada despreciable en el plano económico y en el ecológico.
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el lunes, noviembre 09, 2009
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TRÁFICO
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