El Supremo considera que la prueba de ADN demuestra que "es científicamente imposible" que el acusado fuera el autor de los hechos. Estaba condenado a 36 años de cárcel por tres supuestas violaciones. Los hechos ocurrieron en Las Palmas de Gran Canaria en 1997.
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el miércoles, febrero 03, 2010
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CRIMINALÍSTICA
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