Tras las quejas de sus países vecinos por la proliferación de lugares de venta en las zonas fronterizas, las autoridades holandesas están poniéndoselo cada vez más difícil a los coffee shops para mantenerse abiertos. Pero no sólo eso, sino que los propios dueños de estas peculiares cafeterías han llegado a proponer convertirlas en clubes privados para evitar la entrada de turistas en visita relámpago al país para consumir marihuana
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el jueves, febrero 11, 2010
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TOXICOLOGÍA
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